Rungis, en las afueras de Paris, es un lugar de culto para los gourmets. Es tan grande que necesitas un auto para ir de una nave a la siguiente. Es ahí donde los chefs parisinos compran lo que cocinan.

Rungis es el mercado de mayoristas más grande del mundo para comprar productos frescos. Pescado, carne, frutas, verduras, queso y hasta flores frescas son vendidos aquí todos los días en cantidades tan grandes que toda un estación de trenes y una salida de la autopista se han construido para darle servicio.
Estando justo fuera de Paris - puedes ver la Torre Eiffel y el Tour Montparnasse en el horizonte en la foto de arriba - Rungis le da servicio a muchos restaurantes parisinos de gran altura. El mercado tiene clientes distinguidos y sólo los productos más frescos y de la más alta calidad tienen alguna esperanza de ser vendidos. Esto lo hace un lugar muy atractivo para ser visitado por un gourmet viajero como yo. Pero uno no puede visitar Rungis. No hay trenes de pasajeros o autobuses, ni metro y la mayoría de los taxis no te lleva allá. Necesitas una tarjeta para entrar. Los locales no son particularmente amables con los extaños.
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