
En la tienda Barneys, de New York, venden los chocolates más antiguos del mundo: Debauve Gallais. Durante siglos, la casa fue la chocolaterĂa oficial de los reyes de Francia. Para MarĂa Antonieta crearon unas curiosas monedas de chocolate, pues ella detestaba tomar pastillas y con los dulces las ingerĂa con facilidad. Hoy dĂa se llaman Pistoles de Marie Antoinette. Esas delicias vienen en cajas azules, hechas a mano para los grandes aristĂłcratas de Europa, y muchos de ellos mandan a grabar en ellas sus escudos nobiliarios.

Uno de los chocolates más caros del mundo es el Madeline, de Knipschildt Chocolatier: 42 gramos (casi 1½ onzas) cuestan 250 dĂłlares. Confeccionado con un 70% del famoso chocolate Valrhona Grand Cru, crema fresca, la vainilla más cara del mundo, cocoa en polvo y aceite de trufas, cada capa se hace a mano y es una extravagancia de sabor. ¿Lo más curioso? Que Knipschildt es una compañĂa estadounidense fundada por un danĂ©s.
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